viernes, 29 de agosto de 2008

EL POEMA DEL NEL Y SIMÓN

TRES

Pero las peores fobias, a mi entender, son la pantofobia, que es tenerle miedo a todo, y la fobofobia, que es el miedo a los propios miedos. ¿Si usted tuviera que sufrir una de las dos, cuál elegiría?

ROBERTO BOLAÑO, 2666:
La parte de los crímenes



Yo elegiría sin lugar a dudas
La fobofobia, pensó Simón
Mientras ante sus ojos acuosos ya de miedo
Se desplegaba,
Como arañita sigilosa,
Un desfile inusitado de entidades insustanciales
La Ciudad Decadencia
La Ciudad Apócrifa
La pantofobia de neón
La fobofobia de plástico.
Y en vista de Ello, qué otra cosa hacer
Sino correr pantofóbico de un lado a otro,
Muerto, de un lado a otro,
Enloquecido en el metro, un poco angustiado por la calle,
Atascado de cerveza o estrangulado por botanas
Preguntándote sobre materias inverosímiles,
In-ciertas, in-significantes
Viejas y ácidas canciones del abandono postcolonial
Pero que para Simón revestían
Ciertamente
Algún retorcido y vulgar interés:
La raíz etimológica
De un huarache
Por ejemplo
O de un sope
O las substancias sin origen
O de origen antimetafísico
Que compondrían eventualmente
Al pozole.
A veces, también,
Borracho saliendo de una cantina o subiéndose a un taxi
Simón no podía soslayar las increíbles inscripciones grabadas,
Sino a fuego,
Sí con el ánimo pendenciero de los inhabitados
Habitantes de la Ciudad-Capitalismo Radical,
Aun cuando cabía la posibilidad de que todos esos sintagmas
Todos esos salivazos de lenguaje
Consistieran más bien en alucinaciones
Producidas por un exceso de pantofobia
Esa Pesadilla Esa Mugre Impoluta
Fajándote de día y de noche
Mete y saca
Mete y saca
Contrapunto interminable
Como La Gran Mamada de una vigilia
De irrealidades visibles como las de Calle-Hombre-Quieto.
Pero Nel,
Con la garganta seca ya de angustia,
Con náuseas y espasmos fobopantofóbicos
Y atrapado en su propia memoria escatológica
En su violenta y,
Por definición,
Maníaca negatividad
El Rostro o acaso la mueca virulenta
De los que sufren el decimoctavo síndrome de abstinencia
No lo pensó dos veces y gritó,
Sudoroso,
Paranoico,
Paren esta chingadera
Yo me bajo.

No hay comentarios.:

SOBRE EL RETABLITO BARROCO

Este Retablito Barroco se abre al espectador como una bitacora donde se va planeando una propuesta cultural, es un ameno relato reticulado de cuerpos y calles.